-ya no se que hacer conmigo, con vos, con esto, con nosotros¿? jajaja no, no existe un nosotros. existe una mentira, una ilusion, un sueño, una esperanza; todo, producto de mi imaginación. quise jugar al juego de la chica enamorada de su principe azul, de un chico tan perfecto como imposible. jugar a ser querida, jugar a ser amada, jugar... jugar... jugar... sólo jugar. claro, tan ingenua como soy, como podía imaginar que iba a terminar enredada en confusiones, dudas, sueños, ¡amores! y asi pasó el tiempo, en pocos días 3 meses van a ser desde que no puedo sacar tu imagen (porque son sólo eso me conformo) de mi cabeza, tres meses de llorar angustiosamente por ¡nada!, por alguien que sé que esté donde esté, no derramaría una lágrima por mi, alguien que sé que no es ni lo que creo que es, alguien que se entretiene jugando conmigo y yo me entretengo, prestandome a su juego. él dice todo lo que quiero escuchar, él cree saber que quiero escuchar en cada momento para ser tan preciso y sacarme mas de una sonrisa, él cree que me tiene a sus pies (y me tiene), él cree en este juego no se si tanto como yo pero cree; lo que el no cree, es que aca hay una persona que ingenuamente lo espera, lo espera anciosamente aún sabiendo que es imposible y, si fuera posible, aún sabiendo su rechazo. no se como llamarlo, una pendejada quizas sea o un terrible acto de inmadures, de ingenuidad (y después me quejo de Javier que es inmaduro, no tenia nada que ver). lo que mas me rebienta es que yo se toda la verdad, toda la que él no me dice, ¡y me creo su juego igual! si, es una cosa de no creer, pero es asi. me creo cada palabra, cada mensaje, cada acto, cada momento de este juego y después pretendo no salir lastimada ¬ si, yo tmb pienso ¿y porque no corto todo vinculo y me olvido? lo intente: intento denegado. a los tres días ya estaba desesperada buscando manera de que me hablara, de que se diera cuenta de que en este momento mi vida sin él no tiene sentido, que lo necesito, que solo él me saca sonrisas, que solo él me hace reir, que solo es él. y así no se hasta donde llegaré, seguro, hasta que me duela, de que esto me duela tanto como una puñalada y me muera de amor, de un amor que no fue, no puede ser, ni nunca será, ni podrá ser.